viernes, 31 de mayo de 2013

Entre la ambición y el miedo

Entre la ambición y el miedo.

O entre la codicia y el miedo es un campo mental en que se mueven los hombres.

Aunque es fácil identificar, estas pulsiones, en el sentido que el Freud les da, a saber -Energía psíquica profunda, que orienta el comportamiento hacia un fin y se descarga al conseguirlo-. No es la definición tan brillante como parece, porque una pulsión, no emana de un subconsciente, para mi lo hace de una necesidad biológica que busca satisfacerse. En el fondo no es otra cosa que la forma de satisfacer una necesidad básica y estas necesidades son primarias y relacionadas con el mantenimiento de la vida.

Por ello el individuo tendrá unos mecanismos para buscar aire agua o alimento que son base biológica pura. Y afecto aceptación o relación social que son las bases de desarrollo de un animal social.

Ahora ya no te debe ser difícil lector alcanzar ese punto de conocimiento del que presumen los psicoanalistas. Solo hay que preguntarse el porque. Los porqués de una conducta personal o ajena. Seguro que en el fondo de ellas yace una ambición -es decir el deseo de satisfacer una necesidad- o el miedo a perder algo que se posee. La forma de satisfacerla nos da todas las variantes de conducta humana incluidas como no las patológicas.

Ahora bien, en la vida que hacemos en sociedad, hay temporadas en que la presión o la tensión con la que nos vemos obligados a tomar decisiones puede complicar un tanto el análisis.

Ayer hablaba con un nacionalista catalán moderado, quiero decir que no disfruta como otros de un nacionalismo patológico. Y me decía que los desafíos de Artur Mas y de la Generalitat a los tribunales a la constitución y en el fondo a todo lo razonable. Eran un especie de desobediencia a lo Gandhi.

Lo que prueba que también en el análisis nuestro propio análisis podemos incurrir en vicios del tipo sobre alimentación. Porque pretender una semejanza entre Artur Mas y Mahatma Gandhi es como comparar a pinocho con gargantua.

-Y te dejo a ti lector el trabajo de identificar quien es pinocho y quien gargantua-. Pero bueno que sí que nos movemos con dos motivaciones la ambición y el miedo, miedo a perder lo que tenemos. Te dejo en el auto-análisis. Las dos pulsiones están

cerca de ser los dos caballos del auriga de Platón. O Mejor son tus sueños y tus pesadillas los que configuran tu espacio mental.

Lamentablemente digo te dejo porque yo no puedo sacarte de ellos, además ignoro si sobrevivirías a una ablación de sueños y o de pesadillas.

Espero que este escrito te sirva para identificarlos