Entre la ambición y el miedo
Entre
la ambición y el miedo.
O
entre la codicia y el miedo es un campo mental en que se mueven los
hombres.
Aunque
es fácil identificar, estas pulsiones, en el sentido que el Freud
les da, a saber -Energía psíquica profunda, que orienta el
comportamiento hacia un fin y se descarga al conseguirlo-. No es la
definición tan brillante como parece, porque una pulsión, no emana
de un subconsciente, para mi lo hace de una necesidad biológica que
busca satisfacerse. En el fondo no es otra cosa que la forma de
satisfacer una necesidad básica y estas necesidades son primarias y
relacionadas con el mantenimiento de la vida.
Por
ello el individuo tendrá unos mecanismos para buscar aire agua o
alimento que son base biológica pura. Y afecto aceptación o
relación social que son las bases de desarrollo de un animal social.
Ahora
ya no te debe ser difícil lector alcanzar ese punto de conocimiento
del que presumen los psicoanalistas. Solo hay que preguntarse el
porque. Los porqués de una conducta personal o ajena. Seguro que en
el fondo de ellas yace una ambición -es decir el deseo de satisfacer
una necesidad- o el miedo a perder algo que se posee. La forma de
satisfacerla nos da todas las variantes de conducta humana incluidas
como no las patológicas.
Ahora
bien, en la vida que hacemos en sociedad, hay temporadas en que la
presión o la tensión con la que nos vemos obligados a tomar
decisiones puede complicar un tanto el análisis.
Ayer
hablaba con un nacionalista catalán moderado, quiero decir que no
disfruta como otros de un nacionalismo patológico. Y me decía que
los desafíos de Artur Mas y de la Generalitat a los tribunales a la
constitución y en el fondo a todo lo razonable. Eran un especie de
desobediencia a lo Gandhi.
Lo
que prueba que también en el análisis nuestro propio análisis
podemos incurrir en vicios del tipo sobre alimentación. Porque
pretender una semejanza entre Artur Mas y Mahatma Gandhi es como
comparar a pinocho con gargantua.
-Y
te dejo a ti lector el trabajo de identificar quien es pinocho y
quien gargantua-. Pero bueno que sí que nos movemos con dos
motivaciones la ambición y el miedo, miedo a perder lo que tenemos.
Te dejo en el auto-análisis. Las dos pulsiones están
cerca
de ser los dos caballos del auriga de Platón. O Mejor son tus sueños
y tus pesadillas los que configuran tu espacio mental.
Lamentablemente
digo te dejo porque yo no puedo sacarte de ellos, además ignoro si
sobrevivirías a una ablación de sueños y o de pesadillas.
Espero
que este escrito te sirva para identificarlos
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