Posteos con Alberto Serra.
Bromeaba
ayer con un post de Alberto Serra Agras sobre la reecarnación.
Estoy
de acuerdo con lo que dice en su escrito.
Todas
la personas que hablan de ello suelen presentarse con un aureola de
grandeza. Sacerdotes de no se que, faraones egipcios, generales
romanos...
Yo
he terminado por sospechar que todos estas personas, padecen alguna
patología aunque sea leve de su personalidad.
¿Pero
cómo demostrarlo?
Aparte
de esta manifestación espontanea, hay métodos en psicología que
pretenden desenterrar de el olvido de el subconsciente recuerdos o
situaciones molestas o dolorosas. Para ello son necesarias dos cosas,
primero creer en la existencia del subconsciente cosa que a mi me
cuesta creer. O bien admitir que nuestra memoria es capaz esconder
recuerdos dolorosos o molestos, aunque los conserva. Es una cuestión
de creer, otra vez la fe, que nuestro cerebro es capaz de ignorar
cosas que guarda porque nos molestan.
El
enunciado, no deja de tener cierto contrasentido. Implica la
existencia de un desván, donde arrinconamos los trastos viejos...
visto así no parece tener sentido.
Por
otra parte, ahora ya sabemos, que la memoria no nos es fiel ni ante
los buenos recuerdos. Las experiencias hechas con testigos de
accidentes, sometidas al control judicial, han corroborado esta
plasticidad del recuerdo. En el fondo nuestra memoria se parece a la
de un Pc.
Los
datos en ella mantenidos, lo son solo por un tiempo, solo cuando
pasamos a disco duro los datos permanecen. La memoria sea física o
virtual se limpia para recibir nuevos datos, es decir se sobrescribe.
Sucesivas evocaciones, no se hacen sobre la memoria del hecho
primario, sino sobre ese primer recuerdo.
Puestas
las cosas así, el pretender evocar una memoria antigua supone poder
reconstruir el mismo reto que el reconstruir un individuo a partir de
los restos fósiles de una parte de sus huesos.
Pero
aun hay mas, nacido un ser y fallecido, habría que encontrar un
calco metafísico de su memoria, que sería accesible al alma
personal en otra posterior reencarnación. En el símil informático,
es el caso de un Pc que guadaría en una memoria central todos sus
datos sus vivencias, de tal manera que si sustituimos este por otro
Pc de igual arquitectura, podría acceder a la información que su
antecesor había dejado en la nube o en la red para su uso.
Es
evidente que en el estado actual de nuestros conocimientos de
pisco-biología no sabemos que y como puede ejercer este servicio de
nube, como se llama ahora.
Si
es cierto que nuestra filosofía, con el topos uranos, el
inconsciente colectivo, pueden invitarnos a pensar en una noosfera.
Un mundo de una inteligencia común con sus leyes de interrelación
específicas.
De
momento es ciencia-ficción. Aunque si disponemos, de un método el
científico para buscar la existencia de este continente virtual de
memorias y experiencias.
Si
un individuo se me acerca y me dice que fue sacerdote de Osiris, o en
medio de una regresión himnótica, se dice general de Alejandro
Magno por ejemplo, me bastará pedirle que escriba una oración del
sacerdote en jeroglífico, o que ma haga un correcto discurso en
griego clásico.
En
fin, que demuestre conocer algo que la ciencia actual y nuestra
identifique sin lugar a dudas con los conocimientos de la época y
algo a lo que el sujeto solo pueda tener acceso por la memoria de sus
vida pretérita.
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