domingo, 29 de noviembre de 2009

Anatomía del mensaje artístico 56

Comunicando...
Todo arte tiene una técnica.
Solo cuando se supera el dominio de esta, es cuando el creativo alcanza la liberación.

Los genios del arte deben ser capaces de ver el efecto final en sus mentes.
Miguel Ángel dicen; que vio un bloque de mármol, con un serio defecto y dijo "Es un David".
Su mente, fue capaz de desembarazar la forma, que latía en la piedra. Disponía de los recursos y habilidades necesarios para resolver por anticipado los problemas que ese material le iba a producir.
Ludwig van Beethoven “oía la orquesta en su cerebro a pesar de su sordera”. Y el Greco, combina a lo largo de su carrera figuras estilizadas y composiciones normales. Nada nos hace pensar en un astigmatismo como explicación de la deformación de sus figuras, ni de la espectral gama cromática de algunos de sus lienzos.

El brillo de una lágrima en muchos de sus cuadros de tema sacro, nos hace mas pensar mas en la intencionalidad que en el defecto.


Cuando hacemos una narración escrita, ponemos o mejor yuxtaponemos sensaciones.
Siempre solemos tener una sensación dominante. Visual auditiva... táctil. El enlace de esas sensaciones, lo describía en los anteriores post como interpretación. El saber como interpreta nuestro lector nuestro espectador, nos lleva al arte. Aunque no sea el arte mismo. pero una gran parte de la obra de arte es intencionalidad.

Ver ahora este trozo de Khalil Gibran. Lo he seleccionado, porque es una narración visual por excelencia. Son imágenes lo que leemos.

En las cercanías del caballo encontraron un cuerpo, cuya sangre había manchado la tierra en que yacía. .Mostradme su espada y os diré quién es su dueño -gritó el jefe del escuadrón. Algunos soldados desmontaron y rodearon al muerto. Uno de ellos dijo al jefe: -Sus dedos cogen la empuñadura con toda su fuerza. Sería afrentoso quitarle la espada. Otro dijo: -La espada está cubierta por la sangre de la vida que huía y que ahora oculta su metal. Un tercero agregó: -La sangre coaguló tanto sobre la mano como sobre la empuñadura, e hizo de ellas una sola pieza. El jefe, entonces, desmontó y caminó hacia el cuerpo.

Eso y un ritmo del que hablaremos luego. Como ejemplo he dejado en el otro blog un breve poema sobre este cristo del Greco. Intentando imitar un canon clásico

Vasdelao.

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