Son muchas las dudas que me
asaltan después de una inmersión en el paleolítico.
También son muchas las dudas que
plantea el método de trabajo de los antropólogos o los paleontólogos.
He visto estos días una buena
colección de cráneos fósiles. Dentro de esa cáscara de hueso vivía un humano, o un antropoide. No
tenemos otra información que el volumen estimado de sus cerebros. Por lo que se
ve, volumen cerebral y evolución humana van juntos.
Dejando a un lado al Neandertal, que
tenía un cavidad craneana superior a la nuestra. El mal llamado homo sapiens tiene una
capacidad ligeramente superior al resto de sus antecesores.
El problema es que como el
cerebro no fosiliza, intentar saber que relación tiene la cultura con el tamaño
de cerebro medio es tan imposible como saber el sabor de las almejas por el tamaño
de su concha.
Y esta burrada la he podido leer
en varios autores escrita negro sobre blanco con total desfachatez. ¿Por qué a
ver señores antropólogos? Pueden ustedes a fecha de hoy -Julio del 2013- hacer
una estimación de la conducta, de la inteligencia, y de las capacidades
intelectuales de un individuo simplemente conociendo la cilindrada de su cráneo.
Pues no seguro que no ¿entonces a
qué viene esa pretensión? de unificar centímetros cúbicos y capacidades
intelectuales o habilidades sociales.
Seguro que es un patrón de otra
ciencia que se les coló de rondón en sus teorías. Yo me atrevería a ver la sombra
de Franz Joseph Gall, el padre de la
frenología, en la antropología.
Recuerdo que los frenólogos eran
unos tipos curiosos que pretendían clasificar a los seres humanos por los
perfiles y relieves exteriores del cráneo. Algo distinto a la atribución de diferentes
funciones cerebrales a distintas partes de la corteza.
En realidad es algo tan incierto
como a herencia filosófica del instinto. Se llamó instinto a una supuesta pauta
de conducta hereditaria propia del animal. Solo es un reflejo de la pretensión escolástica
de que el hombre es superior y "animal racional" En realidad lo que
llamamos conducta instintiva no es más que la respuesta inteligente de un
cerebro más simple que el nuestro. Es más fácil hablar de inteligencia animal
que de instintos humanos. Porque si aceptamos el instinto deberíamos reconocer
que el hombre también los tiene y sería complicado atribuir al instinto de
supervivencia y al de reproducción determinadas conductas humanas y ya puestos
nos dejaríamos llevar por algunos biologicistas que propugnan para el hombre el
instinto religioso. Supongo que estas afirmaciones terminarían por romper mis
oraciones.
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