domingo, 17 de enero de 2010

71 El yo y su percepción.

En aportes anteriores hablaba del yo. Desde el punto de vista de Lersch existe un yo biológico. Al enumerar las leyes de la robótica de Asimov notamos que el yo la identidad psicosomática es el primer paso de un ser pensante. Descartes ya hace una dicotomía (dejo a un lado el concepto cartesiano de Dios) y se considera compuesto de una res extensa -el cuerpo- y un algo pensante la res cogitans.

Nostros, en psicología dividimos este conocimiento como la consecuencia de dos sistemas.

Los llamamos, introcepción y propiocepción.

  • La propiocepción.
Se llama propiocepción a la información que nuestro cerebro recibe a través de los nervios que inervan los músculos. No no voy a entrar en lo que en pormenores que exigirían un curso completo de neuroanatomía. basta decir que por medio de las astas de la médula espinal, los nervios aferentes y eferentes, y el órgano. tenguinoso de Golgi y los husos musculares. Percibimos  la posición relativa de nuestro cuerpo.



  • Por otra parte, el sistema simpático aporta toda al información de la parte visceral del organismo. Eso lo llamamos interocepción.
  • Complemento necesario es la exterocepción, que con sus seis sentidos; oído, gusto, olfato, vista, tacto, y equilibrio, nos informa de la relación del yo físico en el ambiente. 


El llamado circuito de Papez, -en realidad de Jakob-. Es una parte del sistema límbico. Originalmente se llamó cerebro visceral. Como ya dije hay diálogo con la corteza, deducido de los retrasos de respuesta nerviosa. Y mi objetivo es demostrar que es modulable por la conciencia.

  
Vasdelao


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