miércoles, 6 de enero de 2010

Emociones A 66


En algún sitio de este blog he dicho; que la vida, es un programa que corre en una maquina llamada universo. No se trata de discutir aquí lo acertado o no de esta afirmación. Por el contrario solo se trata de una hipótesis de trabajo. Para ver a que conclusiones nos permite llegar acomodando otros conocimientos a su esqueleto.


Partiendo de la idea que nos presenta la vida como un todo. Un conjunto de ordenaciones complejas de la química. De la materia, hasta llegar a la bioquímica, y una vez en ese campo encontrar unos compuestos que se crean se reproducen y “mueren”. Es decir, participan de las características de lo denominamos vivo. Es perfectamente factible establecer uno o varios ejes de desarrollo, para eso que llamamos ser vivo.


El eje mas obvio, es el desarrollo, de un sistema de comunicación entre las distintas partes de un ser vivo. Algo presente con distintos grados de complejidad, en todos los seres. El sistema de comunicación funciona -en su forma mas elemental- mediante la producción de mensajeros químicos, que en los organismos diferenciados desarrollan actividades específicas de cada una de sus partes. Por ejemplo la floración, producción de frutos, y distribución de semillas, debe responder, a mensajeros bioquímicos que solo se producen cuando el ambiente garantiza el ciclo. Los seres unicelurares, las plantas y algunos animales son muy sensibles a estos ciclos de actividad hibernación.


Conforme la complejidad del animal crece, se dota de mas aparatos especializados, compuestos a su vez órganos. Y a su vez necesita unos sistemas de comunicación interna y rastreo del entorno mas complejos y eficaces.


La respuesta; que nos da la vida, es añadir al circuito bioquímico de información, un sistema nervioso capaz de aumentar la velocidad de comunicación entre los distintos órganos. Sin que desaparezca la comunicación química. Es mas sobre ella y con ella. Los neurotransmisores son la demostración clara de esta afirmación. La ventaja en eficiencia es claramente visible. El nervio, dispara la producción de mensajeros químicos, allí y solo allí donde son necesarios. La ganancia en eficacia es patente, en un organismo sano, el tiempo de respuesta, para producir una respuesta bioquímica o motora -necesaria para la integridad del ser vivo se acorta.


Dadas estas afirmaciones llega la hipótesis de trabajo y este no es otra -como ya supondrá el lector- considerar los sistemas nerviosos como un sola especie y por tanto susceptibles de estudiarlos filogenéticamente.


Lo que implica, que los instintos, pulsiones y estados de ánimo. Son fruto del funcionamiento de los sistemas nerviosos y deben tener algo en común en todas las especies.
Vasdelao

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