El encuentro Interior
La vida, la sociedad de hoy, cada vez mas rápida cada vez mas ajetreada nos impide muchas veces tener conciencia de nosotros.
Existen desajustes, entre lo que se supone que hacemos y lo que se supone sentimos.
Algunas veces parece como si todo estuviese bañado en una niebla difusa, como si nustra vida transcurriera cono en una película...
El peregrino real y el peregrino interior tienen tiempo. El primero en sus largas jornadas de monótono caminar muchas veces solo. El peregrino interior con pasos repetido como mantras una y otra vez. El objetivo es igual para los dos alcanzar la serenidad.
Serenidad esa especie de estado donde le alma en si misma, donde un ritmo llegado del cosmos nos acuna y nos calma.
Estado en el cual podemos acercarnos a nuestros problemas, a nuestros pasado y preguntar ¿que te duele?
Puedes encontrar entre las múltiples ideas que agitan tu espíritu un enunciado concreto de la manera.
Me duele mi hijo/a.
Me duele el tiempo perdido.
Me duele...
El ensimismamiento ha de llevarnos poco a poco a ese estado de introspección que permite afrontar nuestras carencias nuestros afectos mal orientados, nuestros excesos.
Y como poco a poco ya somos dueños de la respuesta biológica que los acompaña, la desazón los nervios el desaliento, enfrontarnos a ellos con solo una herramienta la pregunta, ¿y si yo hiciera esto, o lo otro, me dolería menos?
La curación del alma y muchas veces la del cuerpo está en nosotros, esta dentro.
Os deseo un buen viaje cada vez mas profundo cada vez mas sincero.
Vasdelao
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