Los primeros pasos.
La primera herramienta es conocer y dominar tu cuerpo. Si una emoción altera tu ritmo cardiaco y hace subir tu tensión si parece que te falta aire. O por el contrario una impresión es capaz de producirte un desvanecimiento el autocontrol obtenido por el entrenamiento autógeno debería minimizar esta manifestación y como respuesta condicionada ofrecerla posibilidad de controlar su causa, al menos de controlar la respuesta orgánica asociada.
Los ejercicios (que encontraréis en vuestras carpetas, o que habéis recibido por e-mail) se deben hacer como mínimo tres veces al día.
Espero que me informéis uno a uno de vuestros avances y dificultades.
Para llenar los espacios en que no es posible relajarse os propongo la siguiente prueba.
Cuando te desplaces de un sito a otro de tu ciudad o simplemente cuando vayas de paseo, procura caminara a pasos iguales que te sean cómodos. Entonces prueba a tomar el control de tu respiración. El sistema autónomo te hace tomar aire al ritmo necesario para el esfuerzo. ¿Que sucede si cuando caminas? Procuras mantener tu inspiración en el mismo numero de pasos, para luego expirar en otros tantos.
Empieza tomado aire durante cuatro pasos para expulsarlo durante los cuatro siguientes.
Después aumenta poco a poco el número de pasos en que inspiras para expirar en el mismo tiempo. Sube poco a poco el numero de pasos manteniendo el ritmo de marcha.
Observarás que poco a poco adquieres una capacidad de control, y llegarás a un momento en que se te hace molesto, no se si serán 8, 10, 12 lo cierto es que en un determinado instante notas que has llegado al tope a tu tope. Mantén esa situación una vez mas y vuelve a descender tu ritmo respiratorio. Poco a poco veras como tu capacidad pulmonar se expande, y tu cansancio se retrasa.
Cuando luego te relajes en casa, como decía antes. Recuerda este ritmo el que te produce bienestar. Es un buen apoyo para avanzar en el entrenamiento autógeno y el cimiento para otras técnicas de enfoque que veremos mas tarde.
El objetivo es siempre el mismo “placar” las respuestas automáticas que produce tu cerebro cuando piensas o revives algún determinado momento.
Si ya has repasado la lista que aparece en el tema
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